Como consecuencia colateral del aislamiento obligatorio que se viene llevando a cabo en gran parte del planeta y en el que se estima que 8 mil millones de personas se encuentran confinadas en sus hogares, se observa la mitigación o recomposición del ecosistema dejando en claro que, por lo menos nuestra generación, jamas vio al ecosistema en su forma pura.
Es por esto, que al desplazarse una especie y dejar el lugar libre, otras avanzan. Esto se ha venido observando por ejemplo, en Venecia donde se han encontrado delfines en los canales, o en China, donde elefantes avanzaron en un campo.
Para poder llegar a conclusiones de nivel científico, es necesario poder tener mediciones y datos, y probablemente, todavía sea muy apresurado tenerlos. Sin embargo, pueden verse distintos «indicadores biológicos» que son sensiblemente alterados en este periodo de reclusión.
A la altura del Arroyo Ludueña, en la ciudad de Rosario, puede observarse un fenómeno particular: ante la ausencia de embarcaciones, descargas industriales y un periodo sin lluvias prolongado hace que se logre una quietud tal en dicho curso de agua en donde se ha logrado que por la estanqueidad del mismo, sedimenten los sólidos que usualmente se encuentran disueltos . Este fenómeno de decantación por gravedad de los sólidos disueltos en el agua del Arroyo Ludueña nos permite observar los cardúmenes y otras especies que siempre se encontraron en dicho Arroyo.
La duda es si «el día después» podremos seguir contemplando este transcurrir de la naturaleza o si volveremos a perturbar el ecosistema de la misma forma en la que lo hacíamos antes.
