Netflix acaba de estrenar el documental «Britney vs Spears», imágenes, relaciones e información para entender el complicado presente y los últimos trece años de tutela de una de las artistas más convocantes de los 2000.
Todo en la vida de Britney era maratónico y en ascenso, tras enamorarse de su bailarín Kevin Federline, proponerle matrimonio en un avión a Las Vegas, casarse y tener dos hijos, rápidamente llegó la separación. En ese contexto, que comenzó en 2007, también comenzaron los problemas para Britney y la batalla legal por sus derechos.
Ella entendía claramente el concepto y la necesidad temporaria de tutela, pero no quería que fuera su padre el que tomara las decisiones al respecto. Britney tenía una fuerte ética laboral, pero no motivada por el dinero, tenía control y se vinculaba en todos los procesos creativos de su trabajo. Todo eso explica la necesidad de volver a vincularse con sus propias decisiones.
¿En qué consiste una tutela? Es un proceso legal para retirarle a alguien la capacidad de tomar sus propias decisiones y dárselas a un tercero, tutor o cuidador. Avanza sobre las libertades de la persona, equivale a una muerte civil, no puede tomar decisiones relacionadas con sus asuntos personales y pierde la capacidad de elegir sobre su salud, tratamientos, medicamentos. No pueden decidir a quién visitar o de quién recibir una visita, pierden el derecho a comunicarse con las personas a través de teléfono o mensajes y económicamente ya no están a cargo de su dinero.
En el documental se ve claramente el asedio por parte de la prensa, mostraba a una persona fuera de control, pero nunca una persona pidiendo ayuda. Trece años después Britney parece haber recuperado su voz y la alza con fuerza. Logró que su padre se corra voluntariamente de la figura de tutor y su hija pueda optar por un nuevo abogado defensor.
Con más de una década fuera de la escena masiva, la eterna “adolescente” marcó una generación, una época del Pop y la princesa sigue generando pasiones y pedidos masivos para su liberación a través del movimiento #FreeBritney, pero por ahora su batalla continúa.
